Los niños pueden adorar a Dios de diferentes maneras siempre y cuando lo hagan para El. La gloria y la honra a Dios solo a Dios. Los niños son criaturas mágicas. Podemos cerrarle la puerta del cuarto de las herramientas, la de la oficina, la de la escalera de incendio, la de la despensa, pero nunca jamás podremos cerrarle la puerta del corazón.
Dentro de este ministerio podemos decir que los niños dan todo lo mejor a Dios que es su principal centro de adoración para hacerlo aún mucho mejor. Ellos ayunan para tener la cobertura de Dios y poder ganar las almas para Cristo haciendo actividades como evangelismo, teniendo un retiro bajo la presencia de Dios y un lugar donde pueden asistir y aprender más de Él a su corta edad que en si es un ejemplo a seguir para glorificar a Jesucristo.